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CONSEJO FARMACÉUTICO DEL MES

¿Cómo sé si soy celíaco?

Un diagnóstico de celiaquía es imperativo antes de dejar el gluten

¿Cómo sé si soy celíaco?

En los últimos años, el mercado de la alimentación ha sido testigo de una auténtica revolución basada en el aumento de la oferta de productos sin gluten, aptos para el consumo de las personas celíacas. Simultáneamente, la Unión Europea ha perfeccionado las normativas relativas a este tipo de productos y cada vez más hosteleros han tomado conciencia de su obligación y compromiso para con las personas con celiaquía. Por su parte, la ONU, a través de la FAO, ha redactado un compendio de normas estandarizadas bajo el nombre de Codex Alimentarius.

Y es que no se trata de una simple afección: es una enfermedad que hoy en día padece alrededor de un 0,5% de la población (en su mayoría, mujeres), aunque se cree que existen muchos celíacos no diagnosticados, pues los síntomas se mueven en un espectro bastante amplio, cosa que difumina la detección certera y rápida de las causas. Debido a esto, no es raro que a veces el diagnóstico de la celiaquía se demore varios años.

Pero, ¿qué es la celiaquía? Se trata de una enfermedad inflamatoria y autoinmune que surge en individuos con predisposición genética. Sus complicaciones comienzan tras la ingesta de gluten, una proteína presente en harinas y cereales como el trigo, el centeno y la cebada, entre otros. El sistema inmunitario ataca a sus propios tejidos, cosa que perjudica enormemente al intestino delgado y que le impide absorber los nutrientes de manera adecuada. Así pues, entre los síntomas que delatan la enfermedad, destaca el dolor de barriga, la diarrea, las náuseas y los vómitos, dermatitis, irritabilidad, fatiga, entre otros. Uno de los peores es la pérdida de apetito que, en no pocas ocasiones, acaba provocando graves pérdidas de peso y de masa muscular, e incluso, anemia.

Diagnóstico

Puesto que la celiaquía es una enfermedad grave con implicaciones para toda la vida, es realmente importante que esperes a conocer un diagnóstico definitivo antes de cambiar de hábitos alimenticios. El hecho de empezar una dieta libre de esta sustancia, no es baladí; al contrario, implica alterar nuestro estilo de vida y nos impone nuevas habilidades y costumbres, como la lectura e interpretación de las etiquetas de los alimentos. Como ya hemos visto, sólo debes adoptarla después de que un diagnóstico de la enfermedad celíaca haya sido debidamente establecido por un profesional de la medicina.

Si antes del diagnóstico ya has adoptado una dieta libre de gluten, las pruebas utilizadas para diagnosticar la enfermedad celíaca no son fiables y pueden resultar en un falso negativo. No te impacientes: tras la emisión de un diagnóstico adecuado, podrás tener la seguridad de que tus síntomas son causados por la celiaquía y no por otra cosa y, que, por tanto, deberían mejorar una vez establecida este tipo de dieta.

Ahora bien, ¿cómo podemos saber si realmente padecemos esta afección? El diagnóstico de la enfermedad celíaca depende del hallazgo de cambios característicos, aunque no específicos, de linfocitosis intraepitelial, hiperplasia de las criptas y diversos grados de reducción de la altura de las vellosidades identificados en biopsias duodenales de individuos que ingieren una dieta normal, junto con una mejora sintomática e histológica al retirar esta sustancia de su alimentación.

Existen principalmente dos vías para llegar a un diagnóstico: el análisis de sangre y la biopsia, en este orden. Las pruebas serológicas se han convertido en el principal modo de determinar si la biopsia es necesaria para un correcto diagnóstico de la celiaquía.

 

Análisis de sangre

Esta prueba consiste en el simple análisis de una muestra de sangre, en busca de los anticuerpos normalmente asociados a la celiaquía, principalmente la antitransglutaminasa tisular (anti-tTG), de tipo IgA. Para que los resultados sean certeros es menester que haya presencia de todo tipo de cereal en tu dieta en el momento de la extracción de sangre, ya que evitarlo podría dar lugar a un resultado inexacto. Asimismo, si el resultado da positivo, tu médico de cabecera te prescribirá una biopsia intestinal para corrobo. No obstante, puede ser que seas celíaco y que no tengas estos anticuerpos.

Biopsia

Esta prueba se practica, sobre todo, para ayudar a confirmar el diagnóstico. Es realizada en el hospital normalmente por un gastroenterólogo; es decir, por un especialista en el tratamiento de las enfermedades del estómago y los intestinos. El especialista procede a introducir en la boca un endoscopio (un tubo fino y flexible con una luz y una cámara en un extremo) que desciende suavemente hasta el intestino delgado.

En ocasiones se hace necesario anestesiar totalmente al paciente; en otras, basta aplicar anestesia local para adormecer la garganta y quizás un sedante para ayudarle a relajarse. El gastroenterólogo pasará una pequeña herramienta de biopsia a través del endoscopio para tomar muestras del revestimiento de su intestino delgado. La muestra se examina en el microscopio para detectar signos de celiaquía.

Pruebas después del diagnóstico

Una vez diagnosticada la celiaquía, es muy probable que el médico decida realizar pruebas ulteriores para evaluar los daños que la enfermedad te ha provocado hasta ese momento. Llegados a este punto entrarán en juego nuevos análisis de sangre, realizados para comprobar los niveles de hierro, vitaminas y minerales o, en otras palabras, la presencia o no de anemia como resultado de las malas digestiones.

Por otro lado, si hay presencia de erupciones en tu piel, también puede llevarse a cabo una biopsia dermatológica para confirmar o descartar una hipotética dermatitis herpetiforme. No es nada: se realiza con anestesia local y consiste en tomar una pequeña muestra de piel de la zona afectada para examinar bajo el microscopio.

En algunos casos de celiaquía también se puede recomendar la realización de una densitometría ósea o DEXA, un tipo de radiografía que mide la densidad ósea. Puede ser necesaria si el médico considera que la enfermedad puede haber reducido la cantidad de tejido de los huesos, causando su debilitamiento e, incluso, osteoporosis. Ten presente que la DEXA sólo mide la densidad ósea para ver si corres el riesgo de sufrir fracturas a medida que envejeces.

Consejos farmacéuticos

Muchas personas se estresan cuando se les diagnostica celiaquía. El cambio a una dieta adaptada a este padecimiento, puede resultar una cruz muy pesada, sobre todo ante la perspectiva de dejar de consumir el trigo y las harinas que durante tantos años y en infinidad de formas te han dado tantos momentos de felicidad.

Por eso, en los primeros meses tras el diagnóstico, muchas personas comen accidentalmente alimentos que contienen gluten, lo que puede desencadenar la reaparición del dolor de barriga, de la diarrea...

La única manera realmente efectiva de tratar la celiaquía es, como ya hemos visto a lo largo del artículo, seguir una dieta adaptada durante toda la vida y hacerlo de manera milimétrica, categórica e implacable, es decir, prohibiendo el acceso a tu plato a cualquier alimento que proceda de cereales o derivados.

Además, desde lafamarcia.es te queremos dar otros consejos para que incluyas en tu día a día. Ya sabemos que eres consciente de lo esencial que es revisar las etiquetas de todos los alimentos y medicamentos, y que además, tienes una estantería en la despensa con toda una ristra de frascos marcados con rotulador permanente. Lo sabemos y está genial, pero más allá de todo eso, hay muchas otras cosas que, si cumples a rajatabla, te ayudarán a prevenir cualquier susto.

Por ejemplo, si sospechas que un alimento o medicamento puede ser peligroso para ti, ni lo consumas ni lo utilices. Muchas veces nos vemos con productos en nuestras manos de procedencia dudosa. Aquí conviene que te pares un momento y apliques aquello de “ante la duda, abstente”. En este sentido, es recomendable también que no adquieras ni consumas productos a granel. La propia naturaleza de la conservación de este tipo de género facilita el intercambio de recipientes o superficies, aumentando peligrosamente el riesgo de “contagio”.

Si vas a comer fuera de casa, no te olvides de informar de tu condición al personal del restaurante, no sólo para que te indiquen los platos aptos para personas con celiaquía, sino para que estas apliquen especial cuidado en la cocina para evitar posibles contaminaciones entre los alimentos. Y no olvides utilizar menaje y cubiertos de metal o plástico.

Otra medida de prevención que debes tener muy presente es la de llevar contigo un pequeño botiquín repleto de analgésicos, antipiréticos y antidiarreicos cada vez que vayas a salir de casa por largos periodos de tiempo —o incluso, para ir a trabajar— o cuando te vayas de viaje. No hacerlo es un modo criminal de poner en peligro tu vida. Y en último lugar, creemos que no está de más que contactes con la asociación de celíacos más cercana. Nunca se sabe cuando vas a necesitar ayuda o más información sobre tu nueva situación.

En definitiva, si sospechas que eres celíaco, no lo dudes y acude a tu médico de cabecera de inmediato. Retrasar más tiempo lo que al final será inevitable solo te traerá más problemas. Y si necesitas asesoramiento respecto a cualquier cosa sobre el gluten, confía en lafarmacia.es. Cuidarte es nuestra vocación. ¡Ponte en nuestras manos!

 

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