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CONSEJO FARMACÉUTICO DEL MES

¿Cómo saber si tienes piel atópica?

Picor en la dermatitis atópica: qué hacer ante esta enfermedad

¿Cómo saber si tienes piel atópica?

La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel que cursa picor, descamación y enrojecimiento. Es una piel ya alterada en su estructura que, a su vez, presenta anomalías en su función de barrera epidérmica. Existe un déficit de agua y de lípidos, como las ceramidas, que provoca una merma en la capacidad de aislamiento de la epidermis. Esta circunstancia puede llevar a que penetren microorganismos u otros agentes que incluso pueden llegar hasta el sistema inmunológico.

Como decimos, es una enfermedad inflamatoria que se hace notar por el enrojecimiento, la tirantez y la descamación que puede llegar a originar grietas o heridas en la piel. Se ha triplicado en los últimos 30 años y podemos afirmar que el 60 % de los pacientes que sufren esta enfermedad presentan anomalías y lesiones cutáneas antes del primer año de vida. Es usual en los países desarrollados donde la limpieza es mayor y más exhaustiva.

Para diagnosticar la dermatitis atópica los dermatólogos realizan investigaciones cuando se trata de una piel extremadamente seca e incluso rasposa, algo que provoca que muchos pacientes estén muy incómodos con la ropa. Las lesiones de la piel se caracterizan por la aparición de rojeces y costras, descamación o picor intenso. Si te interesa saber más sobre esta condición cutánea, sigue leyendo. A continuación, te mostramos todas sus claves.

Aparece más en niños

La dermatitis atópica hace acto de presencia en la infancia, ya que en un alto porcentaje de los casos se manifiesta en niños. Sin embargo, este trastorno cutáneo también puede desarrollarse en la edad adulta. Si el eczema se evidencia a una edad temprana, es muy probable que remita cuando el niño sea adolescente.

Las causas de la enfermedad no están muy definidas. No obstante, su origen está asociado a factores genéticos donde las causas ambientales y las disfunciones del sistema inmunitario juegan un papel importante. Igualmente, es una afección relacionada con el estrés y las alergias, pese a no ser considerada una alergia, y tiene un impacto negativo en la calidad de vida del paciente.

Las rojeces son causadas al agravarse los síntomas como consecuencia de una prolongada exposición de la persona a ambientes resecos, irritantes o al agua. Los cambios de temperatura también inciden en su empeoramiento. En los casos más severos pueden desarrollarse ampollas que supuran y formarse costras. A su vez, es común que concurra un enrojecimiento o inflamación de la piel alrededor de las ampollas. En niños menores de 2 años, la erupción cutánea se manifiesta en las mejillas, en los codos o en las rodillas. En los adultos, en cambio, estas erupciones se dan más en las áreas flexoras de rodillas, codos y tobillos. Por ello, en muchas ocasiones resulta costoso conciliar el sueño por la incomodidad de sus síntomas.

Tipos de dermatitis atópica

Existen varios tipos de dermatitis atópica. Son la del lactante, la infantil y la del adulto. La del lactante empieza sobre los 5 meses de vida y se suele localizar en la cara. La infantil, por su parte, se desarrolla a partir de los 2 años y perdura hasta los 7 o hasta el comienzo de la pubertad. Las lesiones aparecen en codos y rodillas principalmente, pero también pueden hacerlo en otras zonas. La del adulto se manifiesta ya pasada la pubertad. En esta variante, las lesiones son placas de liquen simple crónico que se caracterizan por ser bastante gruesas.

Esta enfermedad no es contagiosa y el componente hereditario tiene un gran peso. Si te es diagnosticada, necesitarás aplicarte una crema para brote que cubra las áreas de la piel seca y curtidas. Si no se le pone remedio, puede derivar en una enfermedad inflamatoria alérgica compleja con riesgo de asociarse a otros problemas del tipo de rinoconjuntivitis, alergias alimenticias o asma bronquial. Si no tratas el eczema, este empeora e incluso puede desembocar en infecciones.

Las zonas en las que la piel se encuentra irritada por los síntomas de la dermatitis atópica pueden provocar la propagación de estos detrás de los labios, de la rodilla, al cuello y a los pies, manos o párpados. Como consecuencia del rascado muchas áreas de la piel sufren un proceso de excoriación que implica que se quede en carne viva. También puede darse sangrado del oído o formación de pus, aunque no es lo habitual. Lo que sí es usual es el escozor y, en ocasiones, la liquenización cuando que abusa del rascado. Por ello, lo más conveniente es evitar el rascado e intensificar la hidratación de la zona vaporizando o aplicando frío o compresas impregnadas en agua termal.

Soluciones para la dermatitis atópica

Además de la aplicación de cremas humectantes e hidratantes para impedir que la piel se reseque, suele ser conveniente administrar un medicamento. Sin embargo, gracias a las cremas se reduce, en la mayoría de los paciente, la necesidad de recurrir a la farmacoterapia.

El tratamiento farmacológico incluye los corticosteroides tópicos como, por ejemplo, la hidrocortisona que obtiene un muy buen resultado para la prevención de brote. Si no fuera suficiente con su aplicación, se pueden emplear durante periodos de tiempo breves y controlados inmunosupresores tópicos o antihistamínicos que contribuyan a rebajar el picor. Como dato curioso, merece tu atención que la dieta sin gluten reduce los síntomas y espacia la concurrencia de nuevos brotes.

Los corticoides se emplean de la manera prescrita por el especialista y con la frecuencia indicada por este ante un brote de dermatitis atópica. Así, la potencia del corticoide dependerá de la gravedad de la crisis y no de la edad del paciente.

En el caso del eczema seco o liquenificado se podrá utilizar una pomada o un ungüento. Antes de iniciar cualquier tratamiento debes tener presente que la dermatitis atópica no es una alergia y que, por eso, no va a desaparecer por evitar algunos alimentos de la dieta. Algo que sí se te recomienda rehusar si padeces atopía es vestir ropa confeccionada con lana o permanecer en ambientes secos.

Cuidados imprescindibles: higiene e hidratación

Pese a que abusar del agua y del jabón es contraproducente ante esta afección, no debes descuidar la higiene. Con el fin de prevenir las infecciones la piel debe permanecer siempre limpia. En este sentido, se recomiendan las duchas de agua no muy caliente antes que los baños y tras la ducha deberás aplicarte una crema emoliente aún con la piel humedecida.

El gel que se recomienda habrá de tener pH ácido. Si prefieres bañarte, los dermatólogos aconsejan añadir de forma anticipada un emoliente líquido en la bañera para neutralizar la sequedad que puede generar el agua, así como no superar los 10 o 15 minutos en contacto con el agua. Sin embargo, ante problemas de piel atópica la humedad siempre es más beneficiosa que la sequedad.

Al frotar la piel con agua y jabón es más recomendable que lo hagas con la mano antes que con guantes de baño o esponjas. Los dermatólogos coinciden en que la limpieza puede ser diaria o cada 2 días y lo más conveniente es llevarla a cabo en forma de duchas cortas de entre 5 y 7 minutos con agua templada (a unos 32º C). Los geles deben ser sin detergente, es decir, syndet.

La hidratación constituye un aspecto decisivo porque gracias a ella se previene la aparición de brotes y del eczema, así como la sensación de prurito. La hidratación nunca ha de sustituir el tratamiento que haya sido pautado para paliar la enfermedad que nos ocupa. Existe una amplia diveridad de hidratantes. En el mercado hallarás desde leches o lociones hasta cremas o bálsamos. Las leches o lociones corporales se extienden con mucha facilidad sin necesidad de tocar demasiado la piel. Es necesario aplicar estas lociones siempre con las manos limpias y con la piel húmeda para aprovechar al máximo sus propiedades.

Así mismo, conviene humedecer la piel 2 veces por día y tomar el medicamento para la picazón, si te lo han prescrito. No rascarse y colocar vendas húmedas son medidas preventivas válidas, así como tomar baños tibios, elegir jabones suaves sin perfumes y utilizar un humidificador. Los síntomas de esta afección pueden durar varios días, aunque depende de la persona y de su piel, puesto que en algunos pacientes puede prolongarse durante semanas o meses.

Cuidar la piel es indispensable si tienes dermatitis atópica. Para ello, debes acudir siempre a la farmacia online y buscar los tipos de producto de los que te hemos hablado en estas líneas y que te haya recomendado tu dermatólogo. En la farmacia encontrarás todo lo que necesitas. Sin embargo, otras de las recomendaciones que puedes seguir son: limpiar el aire de la casa abriendo las ventanas, limpiar las zonas de descanso y cambiar las sábanas de la cama con asiduidad.

Acostúmbrate a vestir ropa de algodón 100 % para evitar el picor. Mantén una alimentación variada y equilibrada, bebe entre 1,5 y 2 litros de agua al día y utiliza siempre una emoliente después de cada ducha. Estamos seguros de que con estas acciones lograrás sobrellevar los molestos síntomas de esta enfermedad. Si necesitas aclarar dudas o te interesa ampliar información, contáctanos sin compromiso.

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