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CONSEJO FARMACÉUTICO DEL MES

¿Cómo saber si se sufre de incontinencia urinaria?

Usar compresas puede ayudar a sobrellevar la incontinencia urinaria

¿Cómo saber si se sufre de incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria o la perdida del control de la vejiga es un problema que suele ser más común de lo que se cree y para quienes la padecen puede llegar a ser embarazoso. La gravedad de esta condición varía, desde pérdidas ocasionales de orina al toser o estornudar que se pueden sobrellevar con el uso de compresas u otros productos similares, hasta aquellas ganas de orinar que son muy fuertes y repentinas con las que no se puede llegar a tiempo al baño.

Es más frecuente que se produzca en personas mayores. Sin embargo, la incontinencia urinaria no solo es consecuencia del envejecimiento, ya que puede aparecer por otros factores sin distinción de sexos ni edades.

Si este padecimiento comienza a afectar la calidad de vida es imperativo que la persona acuda al médico. En una buena parte de casos, la enfermedad es posible tratarla con efectividad al hacer algunos cambios de rutina, mejorar alimentación y por supuesto, con la atención médica adecuada.

Definición de la enfermedad

Tal como lo hemos mencionado, se trata de la pérdida involuntaria de la orina. Hay diferentes tipos de incontinencia urinaria.

Incontinencia por esfuerzo

Estas pérdidas se producen al ejercer una gran presión sobre la vejiga cuando la persona estornuda, tose o se ríe. Al hacer ejercicio o levantar algún objeto de mucho peso, es probable igualmente que se genere una pérdida.

Incontinencia de urgencia

A este tipo de pérdidas se les determina de esta forma cuando la persona presenta ganas repentinas de orinar y son muy intensas, seguido de una pérdida involuntaria de orina. Es probable que requiera orinar con mucha frecuencia, incluyendo idas nocturnas al baño. Puede ser causada por una infección o enfermedades como la diabetes.

Incontinencia por rebosamiento

Con ésta se experimentan goteos constantes de orina. Los mismos se producen porque la vejiga no se vacía por completo.

Incontinencia funcional

Debido a alguna condición especial, impedimento físico o mental, no le es posible a la persona llegar al baño con la rapidez necesaria.

Incontinencia mixta

Esta se presenta cuando hay una combinación de dos tipos de incontinencia: la de esfuerzo y la de urgencia.

Causas y factores de riesgo

Es probable que las pérdidas involuntarias de orina se generen por algunos malos hábitos cotidianos, por condiciones médicas particulares, problemas físicos o incluso, generarse una incontinencia temporal. Por ejemplo, algunos alimentos, medicamentos o bebidas pueden actuar como diuréticos, estimular la vejiga y que de esa forma, aumente el volumen de orina.

Algunos de estos alimentos y bebidas son:

  • El alcohol.

  • La cafeína.

  • Gaseosas y bebidas carbonatadas.

  • Edulcorantes.

  • Alimentos picantes.

  • Alimentos con contenidos altos en especias, ácidos o azúcares.

  • Dosis altas de vitamina C.

  • Medicamentos para tratar la presión arterial, relajantes musculares, sedantes, para el control cardíaco, entre otros.

Esta condición también puede presentarse a causa de una afección médica que es posible tratarse fácilmente.

  • Infecciones del tracto urinario: Este tipo de infecciones pueden irritar la vejiga y provocar fuertes ganar de orinar.

  • Estreñimiento: Al estar el recto situado muy cerca de la vejiga, comparten muchos nervios. Al haber heces duras en este canal, se provoca una hiperactividad en dichos nervios, aumentando la frecuencia urinaria.

  • Incontinencia persistente: Se puede presentar cuando hay una afección o por cambios físicos como por ejemplo, el embarazo. El crecimiento del feto y los cambios hormonales pueden provocar la aparición de incontinencia por esfuerzo.

  • El parto: El parto vaginal debilita los músculos que se utilizan para controlar la vejiga y dañar los nervios que la rodean, así como su tejido de soporte. Esto puede conllevar a un prolapso del suelo pélvico (caída) y por lo tanto, a un desplazamiento o empuje hacia abajo tanto de la vejiga como del útero, el recto o el intestino delgado que pueden llegar incluso a sobresalir en la vagina. Estas situaciones pueden derivar en incontinencia o, por lo menos, están asociadas a ella.

  • Avance de la edad: El músculo que compone la vejiga disminuye su fuerza y con ello la capacidad de almacenar la orina con el avance de la edad y por otro lado, las contracciones involuntarias son más frecuentes cuando la vejiga envejece.

  • Menopausias: Cuando se está en esta etapa, la mujer deja de producir estrógenos. Ésta es la hormona que mantiene saludable tanto el revestimiento de la uretra como el de la vejiga. Al deteriorarse estos tejidos, es probable que se presente o se agraven los síntomas de incontinencia.

  • Agrandamiento de próstata: En los hombres mayores, la incontinencia se puede presentar cuando hay un agrandamiento de este órgano.

  • Cáncer de próstata: Tanto la incontinencia de esfuerzo como la de urgencia que se presenta en hombres, pueden asociarse a un cáncer de próstata no tratado. Pero también suele ser frecuente que ésta se presente producto de los tratamientos para el cáncer.

  • Obstrucción: Un tumor en el tracto urinario o cercano a él puede convertirse en un bloqueo del flujo regular de la orina, provocando así el tipo de incontinencia por rebosamiento. Piedras o masas duras que se conocen como cálculos urinarios se forman en la vejiga y provocan pérdidas involuntarias de orina.

  • Trastornos neurológicos: Enfermedades como el Parkison o la esclerosis múltiple, un tumor en el cerebro, lesiones medulares o un accidente cerebrovascular pueden interferir en el control de la vejiga.

Los factores que aumentan el riesgo de padecer cualquier tipo de incontinencia urinaria son los siguientes:

  • El sexo: Las mujeres son más sensibles a sufrir de incontinencia. Es una enfermedad que llega a afectar a una de cada tres mujeres sin distinción de edad. Por otro lado, etapas de su vida como embarazos, partos, menopausia e incluso su propia anatomía, logran explicar por qué son más propensas a padecerla. No obstante, los hombres al tener problemas de próstata, corren un riesgo alto de sufrir incontinencia de rebosamiento o urgencia.

  • La edad: Como se mencionó anteriormente, tanto la vejiga como la uretra pierden su fuerza a medida que la edad del individuo avanza. Los mismos cambios que se generan con la edad influyen en la capacidad de retención de la vejiga y por tanto, aumentan las probabilidades de presentarse pérdidas de orina involuntarias.

  • Sobrepeso: Tener muchos kilos de más puede aumentar la presión sobre la vejiga y debilitar sus músculos, lo que produce escapes de orina al estornudar, reír o toser.

  • Antecedentes familiares: Si se tiene un familiar cercano que padezca esta condición, en especial la de tipo de urgencia, el riesgo de experimentarla es mayor.

  • El tabaco: El hábito de fumar aumenta el riesgo de padecer incontinencia urinaria.

  • La episiotomía: Ésta es una incisión que se hace en la zona del perineo durante el parto (es el tejido presente entre el ano y la abertura vaginal). Estudios han determinado que el padecimiento de la incontinencia urinaria e incluso, la fecal, se presenta con mayor frecuencia en mujeres a las que le han hecho una episiotomía.

Síntomas, diagnóstico y tratamientos

Es esencial determinar cuál es el tipo de incontinencia urinaria que se padece y son los síntomas los que por lo general, lo indican. Dicha información podrá guiar las decisiones que tomará el médico para aplicar el tratamiento correspondiente.

El médico podrá comenzar con una historia clínica y con un examen exhaustivo. Será recomendable hacer análisis de orina, realizar un diario de la vejiga durante varios días y medir el residuo postmiccional. Si se requiere mayor información para hacer el diagnóstico, el médico recomendará hacer pruebas más específicas como una ecografía pélvica o, si así se considera, la posibilidad de realizar una intervención quirúrgica.

El tratamiento dependerá del tipo de incontinencia que se padece, la gravedad de la misma y la causa que la ha ocasionado. Por lo tanto, puede que sea necesario combinar varios tipos de tratamientos.

Entre tanto, es oportuno recomendar algunas técnicas conductuales, como los ejercicios para los músculos pélvicos, ejercicios Kegel, mantener una adecuada higiene miccional, entre otras indicaciones.

También será posible considerar entrenamientos de la vejiga para retrasar la micción después de ir. El vacío doble es otra de las consideraciones, que es muy utilizada para mantener esa higiene miccional, la cual consiste en mantener sentada a las mujeres luego de haber orinado; o de pie a los hombres, de manera que pueden hacerlo por una segunda vez, buscando el vaciado completo de la vejiga.

Cómo realizar los ejercicios kegel

Estos ejercicios para fortalecer el suelo pélvico podrán detener el flujo de la orina. Se pueden seguir estos pasos:

  • Apretar los músculos que se utilizan para dejar de orinar y mantenerlos contraídos por cinco segundos. Luego relajarlos por cinco segundo más y repetir la contracción varias veces.

  • Es necesario hacer este trabajo durante 10 segundos cada vez e intentar hacer 3 series de unas 10 repeticiones todos los días.

Prevención y consejos

Esta condición no siempre puede prevenirse, pero se pueden minimizar los riesgos de padecerla si:

  • Se mantiene un peso saludable.

  • Se practican ejercicios kegel.

  • Se evitan irritantes de la vejiga como el café o el alcohol.

  • Se come más fibra para evitar estreñimiento.

  • Se deja el tabaco.

Si la persona ya presenta los síntomas de la incontinencia urinaria, usar compresas y mantener una buena higiene miccional permite mantener una buena calidad de vida, mientras se atienden a las indicaciones del médico para tratarla, controlarla y, en el mejor de los casos, curarla.

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